Un duro debate político se abrió este 21 de mayo, día de las Glorias Navales, en torno al rol institucional de las fuerzas armadas en general y de la Armada de Chile en particular.

Esto quedó deslizado en parte cuando el Presidente Gabriel Boric, quien recibió pifias al llegar a la Plaza Sotomayor, se refirió en la transmisión oficial a la ceremonia y trató de dar un mensaje de unidad.

En el marco de la ceremonia en Plaza Sotomayor, hubo manifestaciones por parte de organizaciones de Derechos Humanos, que apelaban a exigir reconocimiento y cooperación institucional por las violaciones a los Derechos Humanos en 1973, como lo señaló Gladys Barrios, hermana de Marcelo Barrios, joven estudiante asesinado por una patrulla de la Armada en 1989.

La polémica se agravó, luego del discurso de Miguel Ángel Vergara, ex comandante en jefe de la Armada y actual presidente de la Liga Marítima de Chile, que agrupa a funcionarios en retiro. En su alocución, apeló a la existencia de una “amenaza interna, donde ciertas ideologías se empeñan por borrar nuestras tradiciones y reescribir la historia”, llamando a “estar listos para el abordaje”.

El senador y ex funcionario de la Armada, Kenneth Pugh, señaló que sus dichos fueron a título personal.

Las declaraciones fueron criticadas por el presidente del Senado, el parlamentario PS Álvaro Elizalde, quien igualmente separó las palabras de Vergara como representativas de la institución.

En un comunicado, la Armada expresó: “ni el Comandante en Jefe ni los miembros de la Institución presentes en la actividad tenían conocimiento del contenido del discurso. Los dichos expresados por el Almirante (r) Vergara corresponden a una opinión personal de dicho Almirante”, agrega el texto. “La Armada hace presente que trabaja en pos de todos nuestros compatriotas y reitera que no comparte los dichos de la existencia de un enemigo interno”, finalizó la institución.