Un total de 245 casas fueron las consumidas por el fuego el 24 de diciembre de 2019, cuando un incendio azotó nuevamente a Valparaíso, esta vez, en el cerro Rocuant y San Roque. Casi dos años después, comenzó definitivamente el proceso de reconstrucción en el lugar y de traslado de damnificados a nuevas viviendas en otros lugares de la región.

Serán 175 familias las que se mudarán a sectores distintos al afectado, ocupando 15 de ellas un subsidio, 38 a la espera de las llaves de sus nuevos hogares en distintos proyectos de Integración Social, mientras que el resto está aún en proceso de búsqueda para concretar la compra.

Michelle Vera, una de las afectadas, decidió trasladarse a Santa Julia en Viña del Mar, quien explicó el proceso de selección de una nueva vivienda y las razones que la llevaron a tomar esta decisión.

Similar es la situación de Celia Díaz, quien solía habitar el cerro San Roque, pero decidió finalmente trasladarse a Placeres para encontrar un hogar definitivo, el cual estuvo a punto de terminar de construir hasta que el incendio los afectó aquella navidad.

Por otro lado Noemí Meneses, quien habitó por más de 50 años el cerro Rocuant, prefirió reconstruir su hogar en el territorio siniestrado, luego de haber perdido un hogar edificado gracias a la entrega de un subsidio, esfuerzo que se perdió con el incendio.

El Seremi de Vivienda y Urbanismo, Felipe Vergara, aplaudió el proceso y destacó las soluciones personalizadas impulsadas, asegurando que las nuevas viviendas tendrán “un mejor estándar al que tenían antes”.

La reconstrucción partió con cinco viviendas en la zona damnificada de un total de 54 patrocinadas por Serviu, mientras otras 45 lo harán apoyados por la Municipalidad de Valparaíso. Además, otras 2 optaron por adscribirse a proyectos del Fondo Solidario y 13 familias obtuvieron ayuda para reparaciones menores.