Un giro radical respecto del anuncio formulado la semana pasada dio el ministro de Cultura, Ernesto Ottone, al anunciar a través de los diarios La Tercera y El Mercurio de Valparaíso que la indicación sustitutiva para el proyecto de ley que crea el Ministerio de Cultura incluirá a Valparaíso como sede de la nueva secretaría de Estado.
De este modo, Ottone puso término a la polémica que se generó luego de dos intervenciones que realizara en medios escritos donde dio cuenta de que la sede del ministerio se establecería en la capital, dejando en Valparaíso sólo una subsecretaría.
Dicho anuncio generó una férrea oposición tanto del mundo político como cultural, que criticó el sentido centralista de su decisión, la que justificó como “un sueño”, al referirse a su idea de que el ministerio ocupara las dependencias de un viejo palacio capitalino.
Ante esta dura oposición, el ministro presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes dio un giro y anunció que “este fin de semana, conversando con la Presidenta de la República, se ha tomado la decisión de que el nuevo Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio tendrá domicilio en Valparaíso", agregando que "lo interesante de esto es que con la Presidenta hemos tomado un decisión y eso significa que desde el ejecutivo tenemos una claridad en cómo se va a enviar la indicación sustitutiva".
"Lo que hacemos es asegurar la continuidad de funcionamiento del Estado, que va en plena concordancia con la línea estratégica de descentralización que está llevando a cabo la Presidenta de la República. Así que tal como habíamos anunciado hace una semana de que habría una subsecretaría en Santiago y otra en Valparaíso, eso se mantiene", sostuvo en la nota que publica El Mercurio de Valparaíso, asegurando que la diferencia es que ahora "tenemos la convicción con la Presidenta que el ministerio debe estar en Valparaíso. Así que la verdad ahora sí son buenas noticias".
Consultado por el periódico porteño sobre si su anuncio fue un error político, Ottone dijo categóricamente que “no. Lo que ha habido es una discusión que tiene que tomar en cuenta distintos factores y eso es importante entenderlo. Las decisiones no se toman solamente por presiones, que eso es una idea equivocada de cómo uno entiende la política”.
De este modo, y tras una semana, se pone fin a una polémica innecesaria, que el mismo ministro se encargó de abrir y cerrar, por lo que ahora quedará pendiente que una vez resuelto el proyecto el ministerio tenga su sede verdaderamente en Valparaíso, y no sea como hasta ahora, que sólo ha operado como una oficina que los ministros de turno -incluido Ottone y excepto Roberto Ampuero- visitan una vez por semana.