Más de 400 personas, entre familiares y simpatizantes, conmemoraron el miércoles el centenario del natalicio de Augusto Pinochet en el fundo Los Boldos, en la comuna de Santo Domingo.
Desde temprano un amplio contingente de personal encubierto se dispuso en toda la propiedad, desde el ingreso hasta las cerca de tres cuadras que había que recorrer para llegar al evento. Lentes de sol negros cubrían los ojos de los hombres que resguardaban el sector. Algunos vestían overol y otros sólo terno.
Adelantándose a la actividad que comenzaba a las 12.30 horas, tres buses con al menos 40 personas llegaron hasta el recinto privado. Banderas chilenas y fotos de Pinochet se podían observar al interior de los vehículos, mientras mujeres y hombres de la tercera edad gritaban su simpatía por el fallecido general.
Poco a poco comenzaron a llegar los principales invitados, entre ellos, el general (R) Guillermo Garín, el economista Hermógenes Pérez de Arce, el exministro de Hacienda Carlos Cáceres, la alcaldesa de Olmué, Macarena Santelices, y el exalcalde de Providencia, Cristián Labbé.
Sin embargo, el foco de atención se mantuvo en la figura de Lucia Hiriart, quien arribó escoltada en un auto negro marca Hyundai Sonata. La viuda del dictador, quien debió bajar lentamente del móvil por su avanzada edad, fue recibida entre aplausos y gritos de mujeres quienes levantaban un lienzo amarillo que rezaba “Viva Pinochet”.
A medida que avanzaba sobre una alfombra verde musgo hacia el altar, recibió el saludo de los miembros de la Fundación Presidente Pinochet y de los asistentes.
El sacerdote católico Jaime Herrera fue el encargado de oficiar la misa. Al interior de la carpa, sobre el altar, se podía observar un crucifijo de 60 centímetros con la imagen de Jesús y un arreglo floral con tonalidades blancas, rozadas y moradas.
Después de la misa se registraron las primeras reacciones. El ex alcalde de Providencia, Cristián Labbé, quien dijo estar con “ánimo de unidad”, prefirió no comentar la inasistencia de personeros de la UDI, señalando que él no es “vocero” del partido.
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Por su parte, Augusto Pinochet Molina, nieto del gobernante de facto, indicó que ya fue publicado en el diario oficial el ingreso del partido Por mi patria, y que el trabajo partidista se va a centrar en el sur.
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Hermógenes Pérez de Arce, en tanto, aclaró que el país debería manejarse con la "verdad histórica", ya que “nadie puede negar la importancia del gobierno militar”.
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Guillermo Garín, general (r) del Ejército, consideró la actividad como un acto de justicia, indicando que el “tema de los derechos humanos es de una minoría que sigue con odio, y que yo respeto”.
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Al finalizar la ceremonia se erigió un mástil de 20 metros de alto en memoria del general con la leyenda, “Homenaje al presidente Augusto Pinochet Ugarte en el centenario de su natalicio”. Los asistentes cantaron el himno nacional con la estrofa de “los valientes muchachos”, mientras se izaba la bandera chilena. La actividad finalizó a eso de las 14.30 con un cóctel.