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Editorial: Valparaíso y lo que nos une a las porteñas y porteños

10/12/2024
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Probablemente la mayoría de los medios de comunicación se apurarán en atribuir a un mero acto imitativo (a propósito de lo ocurrido en la comuna de Santiago) al hecho de que la fachada del edificio consistorial de Valparaíso, desde este lunes (la foto fue tomada pasadas las 14 horas del 9 de diciembre) luce solo las banderas de Chile y del propio municipio, a diferencia de lo que ocurría hasta hace una semana cuando estaban izados diversos y multicolores emblemas representativos de pueblos originarios.

Para conocer la motivación de este cambio, esta emisora elevó una solicitud al municipio, que desde el viernes pasado encabeza la alcaldesa Camila Nieto, de modo de no atribuir a este asunto una mera copia de lo realizado en el edificio de la municipalidad de Santiago, en el cual, el alcalde Mario Desbordes, definió que solo se luciera el emblema de la ciudad y el de Chile.

En estos tiempos en que los símbolos constituyen un elemento relevante de la acción política, no deja de ser sintomático este cambio en la fachada municipal, que seguramente tiene como fin relevar el hecho de que las banderas nacionales y del municipio de suyo representan a todos y todas los que conforman la comunidad porteña, más allá de las singularidades o convicciones que cada ciudadano o ciudadana tiene.

Del mismo modo, será interesante conocer si este acto es también un anticipo del fin de la denominada alcaldía ciudadana como suerte de apellido no oficial del municipio, de modo que en adelante este sea reconocido simplemente con la denominación que le es propia y que da cuenta de los deberes y competencias que tiene.

Poner fin a este tipo de actos simbólicos, que a la luz de lo ocurrido en los últimos años, no pasaron de ser meros actos declarativos y sin mayor efecto es, asimismo, un acto de sobriedad necesario para hacerse cargo de las reales necesidades de las personas -y toda la diversidad que cada una representa- que habitan este maltratado puerto, que anhela y requiere acciones concretas y no meros intentos de marcar particularismos que no representan al conjunto de la sociedad porteña.