La cultura popular señala que “una crisis es una oportunidad que se desarrolla en un viento peligroso”. Como todo proverbio, deberíamos entender esto como una enseñanza o consejo, antes de una regla o ley.

Después de cinco años, no es posible que el Estallido Social iniciado el 18 de octubre en Santiago y el 19 de octubre en Valparaíso, no vuelva a nuestras memorias, como un episodio reciente, cercano, más tibio que caliente, pero muy difuso respecto de nuestra memoria a corto plazo.

El Centro de Estudios Públicos, perteneciente al Grupo Matte, registró en su última encuesta que poco más del 50 por ciento sondeado señaló como algo “Malo o muy malo”, el episodio de mayor crisis política que hemos vivido desde la post-dictadura, anotando además una baja en el respaldo a las manifestaciones de dicha época.

Y es extraño que un episodio tan cercano en el tiempo lo veamos tan de lejos, porque sólo han pasado 5 años, la nada misma en más de 200 años de historia del país, y pareciera que los sucesos de esa época hoy ya no nos hicieran sentido.

Pero es imposible olvidar que gran parte del país se manifestó de diversas formas, algunas legítimas y otras no, para plantear una serie de demandas sociales: falta de agua, bajas pensiones, alza del costo de la vida, abusos empresariales y crisis de diversas instituciones. En la misma encuesta CEP se señala que el universo sondeado tiene preocupaciones parecidas que hace 5 años: seguridad, pensiones, salud, educación, corrupción; todas aún sin respuestas desde el sistema político.

Cuando en el 2019 se vivieron climas de mucha violencia y había una crisis que llamaba a abandonar privilegios y a un trabajo más intenso en materia parlamentaria por parte de nuestros representantes populares, se suscribió el 15 de noviembre el “Acuerdo por la paz y la nueva constitución”, una fórmula para realizar una serie de cambios en la estructura institucional del país, pensando que podría ser la llave para abrir la puerta a posibles soluciones en diversos problemas sociales. Y bueno, paraciera que, dentro de la crisis, surgía una oportunidad. 

Luego de un plebiscito que ratificó con larga mayoría dicha propuesta, se realizaron los dos procesos constitucionales. Cada uno con lo suyo: distintos mecanismos electorales, órganos similares, pero no iguales y con propuestas de carta magna con mirada ideológica distinta. El gran resultado de esto fue frustrar la mayor expectativa de dicho momento: cuando se pudo derogar y abandonar la Constitución política nacida en 1980, en plena dictadura, ninguna de las dos propuestas a votar convenció a la población y, finalmente, ésta ha quedado ratificada de facto.

De este modo, como aquella figura de una serpiente con la forma del mapa del país que hace ya varios meses apareció silenciosamente primero en Valparaíso, en Bellavista con Condell y en otros puntos del Almendral (foto) y que también estuvo en la base de la ya retirada estatua a Baquedano en Santiago, en diciembre del 2023, pareciera que el proceso se comió su propia cola, significando un doble fracaso del país.

¿Y las desigualdades? bien gracias. En esta semana se conoció un informe sobre desarrollo comunal desde el PNUD con un dato muy claro: seis comunas con 5,1% de la población tienen nivel de desarrollo muy alto; 116 comunas, con 13,1% de la población tienen nivel de desarrollo bajo.

A nivel nacional el INDH presentó 3.233 querellas por hechos ocurridos entre el 17 de octubre de 2019 y el 18 de marzo de 2020. Estas acciones se presentaron por 3.828 víctimas, 227 por trauma ocular. Sólo hay 42 causas con condenas firmes y ejecutoriadas. Las cifras corresponden a un recuento al 31 de julio pasado.

Einstein decía: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo”. El 18 de octubre está en disputa, debido a las interpretaciones políticas e históricas de los sucesos ocurridos. Más allá de eso, podríamos partir de una base: Ante la mayor crisis política vivida por el país desde 1990, es indudable que perdimos una gran oportunidad.

Foto: "Chile uroboro", Instituto de motricidad fina en Instagram.