Una cuidada selección de pinturas y grabados de diversos formatos, que considera obras largamente desarrolladas por el artista, integran la exposición “Teoría del paisaje”, de Jorge Martínez García, que fue inaugurada este jueves 11 de julio y se exhibe al público hasta el viernes 23 de agosto en la sala El Farol de la Universidad de Valparaíso.

El acto inaugural de la muestra incluyó palabras del director de Extensión y Comunicaciones de la UV, Osvaldo Bizama, y el director de la sala El Farol, Rafael Torres. Ambos destacaron el talento y la trayectoria del expositor, y subrayaron la consistencia del artista y la calidad de su obra, cuya factura la hace reconocible más allá de su firma.

Al hacer uso de la palabra, Jorge Martínez García agradeció el trabajo de sus colaboradores y el apoyo permanente de su esposa, y junto con valorar el espacio que ofrece la sala El Farol y recordar su relación con esa galería, apuntó que “más de doscientas obras decantaron en lo que se ve acá”.

“Teoría del paisaje” es la primera exposición individual del artista en El Farol: “He expuesto en colectivas con otros colegas, en dos Arte Joven de hace muchos años, cuando yo era estudiante, incluso cuando estaba en Ecuador, y de ahí fui jurado en un Arte Joven. Entonces conozco la sala, me encanta, me parece que es una atmósfera, una altura, unas dimensiones espectaculares. Yo aquí en la zona no había mostrado mucha pintura, y creo que esta sala era como el lugar apropiado para —aparte de los grabados, que son más pequeñitos— mostrar pintura. Era el momento para hacerlo, así que estoy muy contento también por eso”.

Mirada

“Cada obra aquí presente surge de los vastos espacios del paisaje interior”, consigna el artista en el díptico de la muestra, agregando que “el paisaje tiene razones que se van desvelando poco a poco a medida que nos adentramos en sus territorios imaginarios”.

Al explicar el nombre de la exposición, Martínez García explica: “‘Teoría’ significa antes que nada ‘mirada’, entonces Teoría del Paisaje es como una mirada crítica o cuestionadora del paisaje. Son distintas miradas que yo tengo sobre el tema del paisaje, en distintas técnicas. O sea, son técnicas diferentes en distintos momentos en que abordo el tema, en distintos formatos, distintos materiales, y eso de alguna manera unifica el tema”.

Por otro lado, se refiere a la presencia de numerosas pinturas en esta exposición: “He pintado mucho, y por muchos años. Yo soy antes pintor que grabador, pero por diferentes razones, sobre todo en la zona, expongo más grabado. Es más fácil de enmarcar, de mover, es una obra múltiple, uno la puede tener en la galería, en su casa, la puede tener al mismo tiempo en un lugar de exhibición. Las pinturas por lo general no. Las pinturas yo las muevo por afuera, en otros entornos, o en mi galería, la gente las va a ver allá directamente. Entonces no había encontrado el lugar para juntar todo, y creo que esta ha sido una excelente decisión”.

Consultado respecto de si se siente más apegado a sus pinturas que a sus grabados, responde: “Es verdad, pasa eso. Pero creo que también tiene que ver, en el caso de la pintura, con que yo pinto por muchos años: estos cuadros son capas y capas de pintura que no las pinto rápido, hay cuadros que me puedo demorar ocho años en terminarlos, que quedan ahí como dados vuelta a la pared en el taller por mucho tiempo, y se van quedando hasta que encuentro las soluciones. Y tengo muchas pinturas que las llevo pintando, no sé, ocho, diez años, y no las tengo terminadas porque no he encontrado cómo resolverlas. Lo que está acá es lo que ya he resuelto. Entonces de alguna manera la pintura tiene también eso: que me acompaña tanto tiempo que después me cuesta más soltarla”.

Esa relación con su obra implica, entonces, que el artista queda muy expuesto a quien vea su trabajo. Al respecto, señala: “Sí, esa es una palabra que la gente a veces no entiende, no asocia, pero hay un doble valor en la palabra exponer. Exponer también es exponerse, pero yo lo encuentro eso demandante, como un buen momento de análisis de en lo que uno está, en lo que uno se encuentra, y es un juicio también de los demás, que de alguna manera uno comparte críticamente. Como profe yo me muevo mucho en lo que son los seminarios de grado, los títulos, las tesis, y me toca evaluar muchas obras, entonces es interesante también uno ponerse en ese lugar”. Y apunta: “Mostrar algo implica estar muy consciente de lo que uno quiere mostrar”.

En el mismo sentido, añade Jorge Martínez García: “Hay otro factor que es loco, y es el hecho de que las obras, al verlas todas juntas, bien puestas, enmarcadas y todo, como que uno las ve de otra manera, como que agarran otro estatus, un estatuto diferente. Eso a mí me gusta mucho, porque cuando se expone, las obras se independizan un poco; eso lo encuentro muy motivante para mí como artista, porque me hace también tener una mirada, un juicio de valor ya más personal. Después que pase todo eso voy a venir a verla, pero la voy a venir a ver como espectador”.