“El patrimonio cultural es una herramienta para la reflexión crítica del proyecto país”
Capacitar a más de cien cultores para que agreguen valor a sus productos artesanales, capacitar a personal y profesionales de museos y realizar ferias de patrimonio vivo son parte los impactos que producirá el Anillo “El patrimonio cultural mestizo y la valoración de la cultura local: lecciones olvidadas de la guerra fría”, en que el doctor Luis Alegría, académico de la Facultad de Humanidades y Educación UV, participa como investigador adjunto.
El proyecto fue adjudicado en el concurso 2022 convocado por la Subdirección de Centros de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Se ejecutará durante tres años; en tres etapas, partirá por desarrollar una profunda revisión de bibliografía y fuentes del período referido al patrimonio mestizo y, junto con lo mencionado anteriormente, entregará informes técnicos para organismos públicos interesados en la temática, como el Mincap y Sernatur, entre otros.
Cuestionamiento del modelo hegemónico
El profesor Alegría explica cuál fue la motivación del proyecto: “El estallido social generó la necesidad de realizar una revisión profunda de la identidad y el patrimonio cultural del país. Aquel día se puso en cuestión el modelo hegemónico impuesto por las élites, y se planteó la necesidad de recuperar la capacidad para reconocer y poner en valor otras dimensiones de la cultura y la sociedad chilena, hasta entonces invisibilizadas”.
Añade: “El patrimonio cultural fue uno de los vehículos elegidos por el estallido social para expresar su voluntad de transformación de la sociedad, remover las superficiales capas instaladas por la ideología dominante y avanzar en el reconocimiento de un Chile de mayor profundidad. La obstinada actitud de los manifestantes contra los símbolos del poder establecido y legitimadores de un orden social elitario, alineado con los paradigmas culturales del hemisferio norte y excluyentes de las expresiones subalternas fueron una señal muy clara del malestar social con el proyecto hegemónico”.
Por lo anterior, apunta, “me pareció muy interesante ser parte de una propuesta que permitiera visibilizar el patrimonio cultural como una herramienta o recurso para la reflexión crítica del proyecto país”.
Mestizaje y prejuicios
Respecto de la visión de las personas sobre el mestizaje, expresa el doctor Alegría que “de alguna forma, la noción de mestizo se ha desvalorizado, principalmente porque se asocia a lo popular, marginal, subalterno; algo similar ocurre con lo indígena, cosa que si bien ha cambiado en el último tiempo, se mantiene un patrón que considera lo europeo como algo superior. Es un patrón histórico y cultural de gran calado”.
En tal sentido, consultado respecto de la relación de la investigación con fenómenos tales como la existencia de grupos que defienden ideas como la supremacía blanca o los nacionalismos extremos, Luis Alegría señala: “Sin duda, contextos internacionales y nacionales de emergencia de discursos supremacistas, así como cualquier discurso que contribuya a generar diferencias basadas en exclusiones, hacen que sea relevante y urgente desarrollar proyectos que apelan al diálogo cultural, al fomento de la diversidad”.
Agrega el académico que “hay un contexto de globalización que posibilita flujos y desplazamientos; pero lo paradójico, en parte, es que esos mismos componentes, en vez de posibilitar cada vez más relaciones y articulaciones, construyen espacios estancos, verdaderos guetos. Relevar lo mestizo en este proyecto es apostar por la diversidad y los intercambios, es un mestizaje diverso, no asimilacionista, como algunos podrían suponer”.
Equipo de trabajo
El equipo de trabajo del proyecto “Mestizo cultural heritage and appreciation of the local culture. Forgotten lessons from the Cold War” (El patrimonio cultural mestizo y la valoración de la cultura local: lecciones olvidadas de la guerra fría) es integrado por las doctoras y doctores Pablo Lacoste, IDEA-Usach, director; Alessandro Santoni, IDEA-Usach, director alterno; Juan Carlos Skewes, UAH, investigador principal; Paulina Faba, UAH, investigadora principal; Marisela Pilquiman, UACh, investigadora principal, y Luis Alegría, académico del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades y Educación de la UV, investigador adjunto.
La reseña de la propuesta indica que “busca resaltar prácticas culturales que han permanecido invisibles, a pesar de haber encontrado algún eco en las páginas e imágenes de periódicos, revistas, anuncios y marcas comerciales entre 1930 y 1973. En el campo y las periferias urbanas fermenta una cultura popular que reúne diversas tradiciones, algunas del viejo continente y otras de los pueblos originarios. Este mestizaje cultural sirvió como matriz para las más diversas artes y oficios que las comunidades locales usaban para tejer sus propias identidades. Sin embargo, las décadas posteriores a 1973 restauraron el modelo cultural eurocéntrico. En oposición a este modelo hegemónico, surgió una disidencia que exaltaba las culturas indígenas como insignia de su lucha. El mestizo se vuelve incómodo por razones tanto teóricas como prácticas. Teóricamente, muchos autores denuncian al concepto de lo mestizo como medio para ocultar nuevas formas de asimilación; por otro lado, el sentido común imperante define como indeseable la condición de mestizo. A raíz de esta situación, el acervo cultural mestizo escapa de la autoconciencia de las personas, inhibiendo el despliegue de la riqueza cultural atesorada en prácticas, artes y artesanías”.