Desde ASIFUCH: En sus 130 años una pequeña gran historia de Santiago Wanderers
Este 15 de agosto se celebran 130 años de Santiago Wanderers de Valparaíso. La fecha es tradicional y marcada por mucho sentimiento considerando la delicada situación deportiva e institucional del club. El equipo de la Asociación de investigadores e investigadoras del fútbol chileno, ASIFUCH, dio cuenta de una pequeña biografía como regalo de cumpleaños del equipo porteño. Acá reproducimos parte de su trabajo.
En sus 130 años, una pequeña gran historia de Santiago Wanderers
Por ASIFUCH
Terminaba el siglo XIX. En Valparaíso los muelles eran testigos privilegiados de una loca actividad que llevaban a cabo tripulantes británicos, llegados éstos en los vapores atracados en los sitios portuarios, los que llamaban la atención de los criollos porteños, quienes miraban todo con una mezcla de burla y admiración.
Esa desconocida actividad, de pegarle con el pie a una esfera de cuero, rápidamente trepó a los cerros de la emergente ciudad, de la mano de jóvenes venidos desde tierras británicas. A la sombra de algunos colegios de habla inglesa y de las casas comerciales de origen británico, se empezaron a ver con mayor regularidad encuentros de fútbol, claro que jugados en su mayoría por estos nuevos habitantes de la ciudad.
Los criollos, de a poco y en forma tímida, comenzaron a correr detrás de la pelota, a entender lo básico de las reglas y a visualizar esta actividad deportiva como una manera de recreación, de competición y de esparcimiento sano para el cuerpo y el espíritu. Aún no había organización alguna y todo se reducía a encuentros entre los diferentes clubes, que se organizaban en forma desordenada y sin ninguna entidad rectora.
Pero estos niños criollos que se juntaban y que comenzaban a practicar este balompié (como le llamaban), sintieron la necesidad de juntarse bajo el alero de un club, de una organización que los resguardara y así poder enfrentarse a los extranjeros más organizadamente y así poder competir de igual a igual ante ellos. De ahí que nacería la idea de formalizarse en una agrupación deportiva.
Nacimiento de Santiago Wanderers
Y llegaría el día en que se daría nacimiento al club más antiguo de Chile, parte importante de la identidad de una ciudad única como Valparaíso, cuna de poetas, artistas y también de futbolistas de primer nivel que, a lo largo de su historia, se han formado en el club que nació hace 130 años en aquel lejano lunes 15 de agosto de 1892.
La historia nos traslada al sector de la Plaza Echaurren (rebautizada en honor a Francisco Echaurren Huidobro, Intendente de Valparaíso en 1870), lugar donde se juntaba un grupo de niños porteños, en su mayoría entre 11 y 15 años, que soñaban con un club deportivo que los cobijara para practicar este deporte que ya se colaba por cada rincón de Valparaíso. Ajenos a esto, en la calle Carampangue, frente al Cerro Artillería, se encontraba la casa de la familia Sánchez. Y fue ahí donde los precoces soñadores se reunieron aquella fría tarde de lunes, cuando Gilberto Hidalgo se arrogó el derecho a abrir la reunión, dejando que Germán Sánchez, como dueño de casa, actuara como secretario. La memoria colectiva recuerda a 27 visionarios niños, reunidos ese 15 de agosto de 1892, quienes, por aclamación, eligieron la primera directiva del decano, compuesta por Gilberto Hidalgo como presidente, Germán Sánchez como secretario, Alejando Paublides como tesorero y Francisco Avaria Álvarez como capitán del equipo. Este último de sólo 12 años, ya que su data de nacimiento se establece en 1880 en la ciudad de Valparaíso.
En nota de archivo del diario El Mercurio, realizada por Jolly Gay con motivo de la celebración del aniversario N° 50 (Bodas de Oro) de la institución, fechada el miércoles 12 de agosto de 1942, Francisco Avaria esbozaba recuerdos sobre la fundación del club: “Fue por allá en el año 1892. Diariamente nos reuníamos un conjunto de entusiastas admiradores del fútbol en la actual Plaza Echaurren del barrio del Puerto. Nos agradaba el fútbol, y disponiendo de un balón, jugábamos clásicas ‘pichangas’ en una cancha empedrada. Nuestro entusiasmo, propio de la edad, era mucho, y fue así que cierto día acordamos la fundación de un club”.
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