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Experto UV respalda instalación de plantas desaladoras para disminuir la escasez hídrica

29/03/2022
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Ante la crítica situación de escasez hídrica que se vive en el país, varias han sido las opciones que se han barajado para ofrecer una alternativa sostenible y útil, que abastezca con la cantidad necesaria a la población y a distintos rubros con agua para el consumo humano o actividades comerciales. Entre ellas destacan las plantas desaladoras, las cuales se encuentran en algunas ciudades del país como principal fuente de abastecimiento para una gran cantidad de personas.

Actualmente existen más de 20 plantas desalinizadoras operando a lo largo del país, y 22 proyectos de este tipo en distintas etapas del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Estas obras han permitido que ciudades como Mejillones o Tocopilla se abastezcan por completo de agua desalinizada, en Antofagasta al 85%, y con una importante dotación en Copiapó y Caldera.

Sin embargo, para combatir la escasez hídrica como una medida inmediata, ha recibido críticas. El Gobernador Regional, Rodrigo Mundaca, afirmó que las plantas desaladoras son proyectos muy a largo plazo como para depositar en ellos la responsabilidad de palear la megasequía. Sin embargo, Humberto Díaz, Jefe del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Valparaíso y doctor en la misma materia, reafirma que no son soluciones inmediatas, pero sí es posible despacharlos en menos de cinco años.

En la región hay proyectos ya aprobados en el Sistema de Impacto Ambiental o que cuentan con una Resolución de Calificación Ambiental favorable, como en la comuna de Quintero. Pero además de su proyección, es importante tomar en cuenta su envergadura y la cantidad de personas que podría abastecer, que ya ha demostrado ser suficiente en otras regiones del país y cuyo costo también parece ser conveniente.

Uno de los gastos más relevantes a la hora de instalar una planta desaladora tiene que ver con la distribución del recurso, una red que requiere energía y una inversión complementaria al funcionamiento de la planta.

Otro de los elementos que ha preocupado a autoridades y comunidad es la posible contaminación del fondo marino que podría significar la implementación de una desaladora. El proceso de desalinización implica, en términos simples, extraer las sales mediante osmosis inversa del agua, doblando la cantidad de Unidades Prácticas de Salinidad que existe en el mar, generando una salmuera. Sin embargo, Díaz explicó que los actuales sistemas son lo suficientemente modernos como para diluir esta descarga, evitando la contaminación del mar, sino que se concentra en disminuir el impacto en comunidades biológicas.

Actualmente, la Universidad de Valparaíso trabaja como contraparte técnica en el proceso de diseño de ingeniería y evaluaciones ambientales para la instalación de las plantas desaladoras que se ubicarán en Quintero.