Día mundial sin auto: análisis desde UVerde acerca de reducir emisiones contaminantes
Hoy es el Día mundial sin automóvil, que busca plantear que se puedan fomentar el uso de otros medios de transporte que tengan menor impacto en las emisiones de gases contaminantes, una de las causas de la crisis climática.
Según UVerde, es un grupo autoconvocado de academicos, ex almunos y funcionarios de UV que trabajan voluntariamente en la difusión de temáticas medioambientales desde la academia a la comunidad, se enfatiza en la necesidad de crear conciencia sobre la contaminación atmosférica generada por los vehículos -que se mueven con combustibles de origen fósil- fue una de las razones por las cuales la Comisión Europea decidió instaurar oficialmente el “Día Mundial sin Automóvil” en el año 2000, que hoy se celebra en muchos países alrededor del mundo. Esta iniciativa también apunta a promover hábitos más saludables y/o amigables con el medio ambiente como caminar, andar en bicicleta o viajar en transporte público (sobre todo cuando esta alternativa es cero emisión).
Agregan que una menor circulación de autos mejora significativamente la calidad del aire ha quedado demostrado en numerosas ocasiones. Por ejemplo, la agencia France 24 destacó el año pasado que el confinamiento obligado por la pandemia había mejorado la calidad del aire en París a “niveles inéditos en los últimos 40 años”, agregando que el organismo Airparif “constató un descenso de un 20% y hasta de un 50% de la concentración de dióxido de nitrógeno en el aire, que es el mayor contaminante producido por el tráfico vehicular”.
En 2018 se estableció en Chile un “Día Nacional sin Automóvil”, el cual se celebra el último viernes de septiembre de cada año, con la idea de avanzar hacia “una ciudad más integrada y amable para las personas y sus modos de transportes. De este modo, en UVerde comparten la visión de fomentar el uso del transporte público y otros modos no motorizados, tanto en proyectos de infraestructura, cambios normativos o actividades de difusión”, explicó entonces la ministra de Transportes, Gloria Hutt.
Según un estudio del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable publicado en 2019, en Santiago los automóviles y los buses emiten anualmente alrededor de 48 mil toneladas de contaminantes (tales como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos y compuestos de plomo), de las que los primeros vehículos son responsables del 90%. Asimismo, reveló que los sectores más acomodados de la capital contaminan casi 7 veces más que los más bajos.
En los últimos años, las políticas públicas han avanzado a desincentivar el uso de vehículos con combustibles más nocivos para la salud de las personas. En este contexto, la Unión Europea anunció recientemente que espera prohibir a partir de 2035 la venta de vehículos con motores a combustión.
Ese tipo de medidas restrictivas, sumado al desarrollo tecnológico de algunas compañías (Tesla es uno de los casos más citados), permiten imaginar a futuro que los vehículos eléctricos dominarán las calles. Mientras aquello no ocurra, es indispensable que los conductores elijan autos menos contaminantes, se propongan utilizarlos con menor frecuencia o, más radicalmente, se cambien a medios de transporte más limpios, continúa UVerde.
Masificar las bicicletas
Según su análisis, la construcción de ciclovías es otra medida que se ha implementado en distintos lugares del planeta para fomentar el uso de transportes más sustentables. En el caso de Chile, según reveló el catastro del Ministerio de Transportes este año, existen un total de 1.866 kilómetros de infraestructura especializada para ciclos (ciclovías, ciclo calles y ciclovías temporales del Plan Nacional de Movilidad) -la mayor parte de ella en la RM con 752,8 km-, lo que representa un incremento de 27,9% en los últimos tres años, y otros 134 kilómetros se encuentran actualmente en ejecución.
Junto con la ampliación de la red, las autoridades y expertos/as coinciden en que falta una mayor integración de las ciclovías que permitan conectar puntos estratégicos en las grandes urbes, de modo que las bicicletas ganen mucho más terreno en los desplazamientos en la ciudad.
Por otro lado, la masificación en el uso de bicicletas supone contar con diseños más seguros que reduzcan la exposición de los y las ciclistas a distintos peligros en los trayectos. Asimismo, requiere no solo de cambios normativos que persigan una mejor convivencia entre distintos medios de transporte (Ley 21.088 de 2018), sino también que las personas practiquen una cultura de mayor respeto, argumentan.
En el “Día Mundial sin Auto” es oportuno recordar que la contaminación atmosférica afecta de manera directa y grave la salud de las personas. De hecho, el Ministerio del Medio Ambiente ha estimado que esta es “responsable de más de 4 mil muertes prematuras al año”. Asimismo, cabe destacar que en cifras de Our World Data, el transporte global representa un 16,2% de la generación de gases de efecto invernadero, emisiones que son las principales causantes del cambio climático, donde el terrestre es el responsable del 11,9%.
Por lo tanto, reducir o eliminar las emisiones vehiculares es un desafío de suma urgencia. ¿Qué podemos hacer? Idealmente no usar el automóvil, preferir el transporte público, caminar o utilizar la bicicleta. Y si esto no es posible, al menos se debería compartir el vehículo con otras personas para que muchas fuentes móviles salgan de circulación, concluyen en UVerde.