Bióloga marina califica de “una burla” la aprobación del proyecto minero-portuario Dominga
Como un verdadero balde de agua fría recibió la comunidad científica la noticia sobre la aprobación del proyecto minero Dominga por la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo. Así lo reconoció la bióloga marina Maritza Sepúlveda, académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valparaíso (UV), quien desde el año 2009 ha desarrollado diversos estudios sobre el comportamiento y abundancia de las poblaciones de grandes y pequeños cetáceos, lobos marinos, chungungos y diversas aves marinas en la zona de Chañaral de Aceituno y el archipiélago de Humboldt, lugar donde se construiría el puerto del yacimiento.
La bióloga marina también lamentó que el área comprendida por el archipiélago Humboldt, Punta de Choros y Chañaral de Aceituno es una de las pocas zonas de nuestro país que se mantenía prístina.
La zona es considerada un hotspot de biodiversidad a nivel mundial, por albergar y ser el punto de encuentro de una gran riqueza de especies marinas, que llegan al lugar desde distintas partes del planeta.
Respecto al impacto del proyecto minero en la naturaleza, la académica advirtió que las consecuencias son directas para el ambiente marino. Explicó que un incremento en el tránsito marino provocará un aumento en las colisiones entre buques y grandes cetáceos, que en muchos casos causa un daño tan grave que termina siendo letal para el ejemplar. Junto a lo anterior, el riesgo de derrame de petróleo es altamente probable en las faenas propias de un puerto, lo que perjudicará a diversas especies, especialmente lobos marinos, chungungos y pingüinos.
Estudios de la bióloga marina dan cuenta que muchos animales permanecían en el lugar casi todo el año. Entre ellos, señala que a partir del 2012 y hasta la fecha han trabajado con pequeños y grandes cetáceos, principalmente en lo que tiene que ver con alimentación, patrones de retorno y permanencia de los animales en la zona. Con transmisores satelitales identifican las rutas de movimiento y, más recientemente, en un proyecto que finalizó este año, trabajaron en el impacto del turismo sobre el comportamiento de los animales: cetáceos, lobos marinos, chungungos y distintas especies de aves.