Esto, por la situación de los damnificados por el incendio en San Roque y Rocuant, lugares que ha afectado a cientos de familias que aún no han sido catastradas por completo.

Al menos en Rocuant, hay tres juntas vecinales que fueron afectadas, ubicadas en la población María Figueroa, sector de Calle 9 y población Las Torres, por lo que se han organizado con las directivas de aquellas juntas de vecinos para ordenar el retiro de escombros con voluntarios y la entrega de ayuda para los mismos.

Según contó el presidente de la junta vecinal n° 11, Pablo Córdova, aún son necesarios baños químicos y confort, ya que han llegado muy pocos y en malas condiciones. Asimismo, especificó que aunque la ayuda se esté canalizando en el centro de la ciudad, la angostura de los caminos no permite que toda pueda subir, por lo que esperan que los alimentos u otros utensilios recaudados no se pierdan.

Sin embargo, Córdova manifestó que aunque las labores de ayuda inmediata para el retiro de escombros y donación de enseres son importantes, lo más urgente para la comunidad del sector es conocer una respuesta certera de las autoridades sobre el futuro de sus viviendas, por lo que esperan la conformación de una mesa técnica en la que puedan participar.

Para canalizar las donaciones lo más pronto posible y con la urgencia que se necesita en los cerros, es que desde la sede de calle Independencia de la UPLA se están coordinando viajes en varios horarios del día con camiones y otros vehículos que puedan prestarse para esta labor. Así lo contó una de las coordinadoras, Vanesa Rojas.

Aunque muchas personas se han anotado como voluntarios para la remoción de escombros, ambos coordinadores aseguraron que siguen siendo necesarios más colaboradores, debido a la complejidad de los terrenos que dificulta para muchos un trabajo sostenido. Para eso, enfatizaron en la necesidad de llevar implementos óptimos de seguridad, como pantalones y zapatillas gruesas, guantes, jockeys y poleras manga larga.