El pasado 10 de octubre se celebró el día mundial por la salud mental, fecha que busca identificar y prevenir los trastornos emocionales que padecen las personas.

Frente a esto, muchos profesionales y expertos en el tema alertaron a la población de altos índices de diagnósticos de este tipo en la población y la necesidad en acudir a profesionales en el tema, mientras que otros apostaron por soluciones más interdisciplinarias.
Este es el caso de Rodrigo Cabrera, psicólogo y académico de las escuelas de Trabajo Social y Fonoaudiología de la Universidad Valparaíso, quien apuntó a la necesidad de cuestionar los factores externos de los usuarios, y no concentrar la responsabilidad en la salud mental de los individuos sólo en ellos.
“Hay un momento de la salud mental que claramente es reparativo y que tiene que ver con la idea de hacer una buena pesquisa o diagnóstico para aplicar un buen tratamiento, pero ya cuando estas con el agua hasta el cuello. Pero qué pasó antes, qué pasó que la gente llegó hasta el punto de llegar a la idea del suicidio por ejemplo. Qué está pasando en términos sociales que genera que sucedan estas cosas, y eso tiene que ver con cosas que no van a recaer exclusivamente en la persona”, contó.

El Doctor en Intervención Psicosocial indicó que es necesario observar también los espacios de inserción de las personas para dar con un diagnóstico completo, como el trabajo, la escuela, el hogar, el barrio y la pertinencia de las intervenciones clínicas previas.
“Muchas veces se piensa que la salud mental recae solo en las personas, y en realidad eso está muy lejos de todas las técnicas y los modelos son siempre más sociales y comunitarios, tienen que ver con instituciones y las relaciones de la gente, independiente de que hay elementos individuales, pero son elementos del entorno donde te mueves”, señaló.

Avanzar en cambios globales de este tipo involucra necesariamente elaboración de política pública y modificar todos los factores relacionados a la atención en salud mental, que según Cabrera, va más allá de los profesionales a cargo.
“Creo que lo primero que tiene que empezar tiene que ver con las políticas sociales que están en la base de la salud mental, en términos de recursos, de infraestructura, de profesionales, de conceptos que podrían estarse discutiendo respecto a qué es la salud mental y en qué cosas estamos incidiendo”, explicó.

El académico mencionó además que es necesario hacer partícipe a disciplinas que trabajen la macroeconomía y los diseños urbanos en esta discusión, ya que los elementos estructurales también son determinantes para asegurar un bienestar en la población.