La Comunidad Organizada de los cerros Barón, Cabritería y Placeres recurrió a la Contraloría Regional de Valparaíso para denunciar diversos problemas que han tenido que enfrentar a propósito del proyecto “Mejoramiento y Prolongación de Avenida Alemania”, en específico su “tramo D”. 

El proyecto, aprobado por el Ministerio de Desarrollo Social desde el año 2014, pretende unir los cerros de Valparaíso aumentando la conexión que ya existe por medio de Camino Cintura y la Avenida Alemania a 15,8 kilómetros, los que se extenderían desde Playa Ancha hasta Barón, y apunta al uso que se contempla como carretera de acceso norte, que sería estratégico ante los posibles proyectos de expansión del puerto.

De construirse la carretera, se expropiarían 150 viviendas y, por lo tanto, las familias que allí habitan deberían emigrar. Según los antecedentes de la denuncia, en el 77% de las viviendas reside al menos un adulto mayor y un 48% de ellos adolece de diversas enfermedades crónicas e incapacitantes. Ello ha motivado a la comunidad aledaña a movilizarse hace varios años, al punto que ahora lograron coordinarse los vecinos de los cerros Barón, Cabritería y Placeres para denunciar los problemas que se generan a partir de  este proyecto.

La Comunidad Organizada denunció irregularidades en el proceso de participación ciudadana, en específico el día 30 de junio, en una reunión convocada por el SERVIU  y ejecutada por la empresa consultora Michell. 

La vocera de la agrupación, Katherine Miño, detalló el motivo de la denuncia en conversación con RVL Noticias.

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La organización pretende generar un proyecto de conservación de la quebrada de Cabritería, donde se pretende construir la carretera. Ello pues sería uno de los pocos “pulmones verdes de la ciudad”, que cuenta con una reserva de palma chilena.

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Otra de las preocupaciones de la Comunidad Organizada de Barón, Cabritería y Placeres tiene relación con los efectos del terminal Yolanda, así como los proyectos inmobiliarios que ya existen y se siguen construyendo en los cerros Placeres y Barón, que son cuestionados por la regularización en el uso de suelo, además de los efectos de la altura de los edificios.

En octubre de 2014 se demolió el ex Hospital Ferroviario para construir el Edificio Mirador Barón, a cargo de la inmobiliaria Nueva Costanera, lo que en su momento las organizaciones aledañas calificaron como “una destrucción del patrimonio”.